3, 4 y 5 de agosto de 2016

3, 4 y 5 de agosto de 2016
Universidad de Buenos Aires, Facultad de Psicología, Buenos Aires, Argentina

DESCRIPCIÓN

Han pasado ya tres años desde nuestro último encuentro en el año 2013, y veinte de nuestro primer Congreso Nacional en 1995. Son muchos los cambios (culturales, sociales, económicos, educativos, etc.) acaecidos en las décadas transcurridas; también las diferentes líneas de investigación que se han desarrollado, relacionadas con las personas sordas y su familia.


Este congreso -único en su género que aborda la temática de la subjetividad de la persona sorda, su familia, su inserción en la comunidad y en el contexto en el que vive- ha logrado conformar un espacio académico valorado tanto por profesionales de la salud mental de nuestro país como de América Latina. Los veinte años de trayectoria, avalan su reconocimiento.


Pensamos que la persona sorda - independientemente de la franja etaria en la que se encuentre – es ante todo un ser humano que , en tanto tal, requiere de los otros para poder constituirse como un sujeto pleno y asumir su identidad .


Durante los años transcurridos, profesionales oyentes y sordos han incursionado en el campo de la salud mental y la educación, reafirmando sus proyectos, sus capacidades, sus ideales.


Consideramos que es hora de evaluar los logros que se han obtenido y lo que falta por hacer.


Por eso, este año nos hemos abocado con sumo entusiasmo a la realización del próximo Congreso de Salud Mental y Sordera, a realizarse los días 3, 4 y 5 de agosto del 2016, en la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, siendo el objetivo que nos convoca:


I N C L U S I Ó N
 -El desafío que plantea el cambio de paradigma- 


Intentar explicar a modo de presentación qué entendemos por “inclusión” es una tarea ardua y compleja, no sólo por la frecuencia con que dicho término aparece en el discurso habitual, sino y fundamentalmente, por lo que representa o significa la multiplicidad de variables puestas en juego (políticas, sociales, económicas, educativas, laborales, culturales)


Planteamos abordar la temática desde una perspectiva más amplia vinculada a los Derechos Humanos. Sostenemos que “incluir” es propender a la equiparación y ampliación de derechos de todos los ciudadanos.


Definimos la inclusión como un proceso que hemos venido - y continuamos - apuntalando desde nuestros primeros encuentros. Se trata de una experiencia que se conjuga en un presente continuo, sorteando las resistencias que todo cambio de paradigma provoca.


Somos concientes de las consecuencias humanas que ha acarreado la globalización. En la actualidad es un hecho innegable la paradoja planteada al respecto: a mayor globalización mayor exclusión, progresiva desintegración, fragmentación y marginación social. No sólo se acentúan las polarizaciones existentes: ricos / pobres; normales/ anormales… sino que se suman y enfatizan otras: nómades / sedentarios; inmigrantes legales/ ilegales.


Para disminuir las desigualdades ocasionadas – en el área que nos compete y atentos a la denominación del Congreso - Salud Mental y Sordera – consideramos de interés continuar en la búsqueda de alternativas que posibiliten realizar propuestas tendientes a asegurar a las personas sordas la igualdad de acceso a la salud mental. Pero aquí es imprescindible destacar que si bien éstas pertenecen a una minoría que como tal, se esfuerza por ampliar los límites del espacio que históricamente se le ha asignado, no están excluidas del problema que plantean otra clase de exclusiones.


Por ese motivo resaltamos la importancia de conceptualizar la diferencia como construcción política, sociohistórica y cultural y priorizar el reconocimiento de la misma como punto de partida para atender las demandas de cada sujeto en particular en su singularidad
No adherimos a las identidades totalizadoras, ni a los discursos normativos, simplificadores y/o reduccionistas; tampoco a la aplicación de recetas, ni a la imposición de medidas generalizadoras responsables de la incoherencia de la puesta en marcha de inclusiones paradójicamente excluyentes.


Confiamos en que la articulación de políticas, culturas y prácticas inclusivas permitirán continuar transitando por el camino iniciado y aspiramos a que este nuevo encuentro continúe descartando los discursos sobre el otro y favoreciendo el diálogo entre todos los que estén dispuestos a comprometerse.